Siempre que cierta actividad o producto se populariza, de forma natural surgen diversos tipos de servicios asociados a ello, tanto para volverlo más cómodo como estéticamente agradable y en los inevitables casos de averías, recomponerlo. Por ejemplo, encontrar quien haga una reparación de Tablet se vuelve prioridad cuando estos equipos se descomponen, en especial, si conseguirlos representó un sacrificio.
Lo que pueden hacer
Porque si les contáramos a nuestros ancestros acerca de este aparato que sirve de teléfono, calculadora, grabadora, cámara fotográfica, editor de textos, reproductor de música, bloc de notas, linterna, consola de videojuegos, alarma, televisor, mapa y navegador de Internet. Y que además cabe en la palma de la mano y no necesita estar permanentemente conectado a la corriente, podrían pensar que es cosa de brujería.
Asimismo, produce adicción, ya que resuelve en solo unos minutos o segundos, cualquier duda o incomodidad que normalmente podría requerir hasta horas. Pero el precio de toda especialización y miniaturización es la fragilización del sistema, causando que un trato que no sea delicado y a la medida pudiera ocasionarle daños. Y el común de la gente no posee las herramientas para arreglarlo, ni sabe cómo hacerlo.
Repararlos vale la pena
Naturalmente, esto los lleva a alcanzar precios muy altos que, aunque no son inaccesibles, dificultan la adquisición a la clase media, obligando a ahorrar un poco para obtenerlo, e incluso las personas de un nivel superior, tampoco puede permitirse el lujo de comprarlos cual caramelos.
Es obvio que si se piensa que ellos representan un signo de estatus, la tendencia lógica es la de poseer el último y más brillante modelo; no obstante, al verlos únicamente a modo de la herramienta práctica que resultan, no tiene mucho sentido que al primer percance se desechen, sobre todo si lo sucedido es de fácil solución.
En conclusión, si ocurrió un accidente, la buena noticia es que al repararlo, probablemente en corto tiempo, volverá a su estado original y si el siniestro fue provocado por un arrebato de ira o inconsciencia, la persona responsable aprenderá la valiosa lección de ser cuidadosa con sus posesiones, teniendo una segunda oportunidad para demostrar que le quedó presente.