Por todos es conocido que el mundo se ha vuelto un lugar sin límites ni fronteras. Viviendo en el continente europeo puedes comunicarte fácilmente por Internet con alguien en Oceanía, comprar y recibir algo de América y salir a comer al restaurante chino de la esquina. Y mucho de este éxito internacional se debe a cómo se aplican las normas ISO 9001/22000 al asegurar que los productos sean los mejores.
Lo que sucede es que la perfección rara vez es casualidad, sino más bien el resultado de un proceso deliberado y consciente, donde se busca el modo adecuado de hacer las cosas, se aprovechan los conocimientos adquiridos y luego se continúa en una permanente búsqueda de la excelencia.
ISO es una organización sin fines de lucro, es decir, que no busca ganar dinero con sus operaciones, pero que sencillamente se encarga de desarrollar procedimientos y estándares de calidad de todos los elementos que forman parte de la maquinaria económica.
Proporcionando a las empresas del sector alimenticio, desde el manejo de la materia prima hasta el transporte y envasado, una serie de reglamentos que cumplidos cabalmente confieren incontables ventajas. El aumento en la capacidad de producción y el incremento de la calidad de los bienes y servicios, serían solo dos de ellos.
Aunque ninguna compañía se vea obligada a iniciar o mantener los certificados ISO, tenerlos garantiza tanto a los clientes como a los posibles socios comerciales que se está dispuesto a hacer aquello que sea necesario para optimizar los procesos.
Estas reglas son genéricas, con innumerables variaciones y versiones según el sector del mercado, y además, en el proceso de implementación, la corporación misma se hace una evaluación interna profunda, y básicamente escribe sus propias directrices.
Hay una frase que dice que nadie es perfecto; no obstante, cada día podemos ser un poco mejores. Y ese es el objetivo que buscan las normas ISO 9001/22000 para las empresas del sector alimentario, garantizando que cuando una persona vaya a su restaurante sepa que el menú no le creará ningún perjuicio, gracias a los procedimientos seguidos aún en el mismo campo donde fue criada la vaca y cultivados los vegetales.